lunes, 28 de diciembre de 2009

La batalla de los sentidos: Avatar (3D)


Todavía tengo calientes en mis retinas las imágenes de Pandora trasladándome a un mundo de fantasía sin igual. Y es por eso y por la sensación que me ha dejado la película por lo que me animo a escribir una pequeña reseña de la misma en mi abandonado blog.

¿Es la película del año? Si en cifras de taquilla nos basamos, sí. Sin embargo, si enfrentamos el contenido de la película con otras, daremos rápidamente con una respuesta negativa. Pero, no nos engañemos, ésta película es un proyecto personal de James Cameron, lleva 10 años trabajando en ella y ha hecho lo que le ha salido de los mismísimos.

Con un guión que parece un refrito de diversos videojuegos (Gears of War, Final Fantasy...) y con tópicos y maneras del cine de acción de toda la vida, ha conseguido crear dos horas y cuarenta minutos de película que, por mucho que creas que es larga, pasa volando. Los actores, bueno, teniendo en cuenta que la mitad de la pelicula se la pasan vestidos de pitufitos, es difícil juzgar un buen papel, pero siempre hay alguna frase "épico-típica" que te hace pensar en algo así como "joder, como mola el tío este...".

Pero si realmente hay que resaltar algo de la película, es la grandiosa labor técnica que lleva detrás de ella. Enorme, genial, impresionante, sin precedente, pura tecnología al servicio de los deseos de un amante de la misma... Y es ahí donde Cameron nos da dos bofetadas con la mano bien abierta. Es ESPECTÁCULO. Con mayúsculas e incluso en algunos momentos, subrayado. La naturaleza se abre para que disfrutemos en toda su grandeza de Pandora, flora y fauna al servicio de la imaginación de cualquiera (por momentos parece que Cameron se ha aliado con Guillermo del Toro) y escenas donde la plasticidad es mucho más importante que el contenido verbal de la misma, porque como por ejemplo, en una arenga del protagonista a los Na'avi, todos pensaremos en Théoden envalentonando a sus tropas ante la masacre del Pelennor.

Y si me va a recordar a eso, y mi mente va a juntar estas frases con aquellas imágenes, ¿por qué no otorgarle un sentido nuevo a esas palabras, con unas imágenes completamente diferentes?

Como remate, ese seguro de vida que es James Horner, con una partitura que es capaz de poner los pelos de punta incluso a la persona más fría del planeta. Perfectamente orquestada y colocada con buen gusto, en Avatar la música es un protagonista más.

Sin lugar a dudas, y si no flojeara en determinadas partes del guión, Avatar sería la película no del año, sino probablemente de hace unos cuantos años. Pero dicen que todos los escribientes pueden cometer un error, o que hasta los genios se equivocan. En este caso, gracias por equivocarte, James Cameron, porque lo que no nos has dejado en los oídos, será difícil borrarlo de nuestros ojos.


No quiero entrar en más detalles para aquellos que aún no hayan disfrutado de una gran película. Pero estaré encantado de discutir más sobre ella en cuanto pase un tiempo.

Bienvenidos a casa de nuevo, al menos, por ahora. Y gracias por leer.